Nuestro estudio sobre los hábitos de compra de los españoles nos dio mucho que pensar. Desde cómo nos gastamos nuestro dinero, hasta como intentamos ahorrar en nuestro día a día, vemos que los consumidores gastamos de forma prudente, ahorrando con vistas al futuro y evitando gastos superfluos. ¿Qué quiere decir esto para los bancos? ¿Cómo innova el sector bancario español en vistas a nuestra cautela?
Se empieza a hablar de FinTech, pero aún no estamos muy convencidos
En España, no nos dejamos convencer del todo por las promesas del FinTech. No utilizamos apps de gestión de dinero (aunque los jóvenes las utilizan cada vez más), dejamos nuestros ahorros directamente en la cuenta corriente y tan sólo un 4% de la población invierte su dinero. Se ve que no hemos tenido buenas experiencias con las entidades bancarias.
El crecimiento lento de las empresas de FinTech y “disruptive banking” nos confirma que muchos consumidores miran a los nuevos bancos con cierta sospecha. Los emprendedores, conscientes de ello, registran sus startups en UK a pesar de ser ellos mismos españoles. Por ejemplo, Kantox, una empresa de origen español que se ha instalado en mercados anglosajones. En este proceso de internacionalización rápida, saltándose el país de origen, está claro que las compañías buscan consumidores más interesados y mercados de FinTech más desarrollados.
Cabe notar que, en gran parte, los desafíos del sector en España se deben también a la regulación impuesta sobre la actividad bancaria en los años poscrisis. El afán de limitar la probabilidad de recaer en una crisis financiera y establecer mecanismos de seguridad para limitar su impacto, obliga a las entidades bancarias a rendir cuentas, literal y metafóricamente. A pesar de haber solucionado los problemas de liquidez y solvencia de la industria, también aumenta la regulación y los procesos de supervisión de las actividades de los bancos. Por ejemplo, estableciendo condiciones al tipo de productos y de especulación que los bancos pueden hacer, regulando quién puede acceder a préstamos, desregulando la venta de préstamos morosos a terceros, obligándoles a mantener activos rentables y seguros, etc. (Javier Alonso).
Los consumidores jóvenes impulsan la innovación del sector
A pesar de esto, la innovación en el sector bancario está llegando, paulatinamente, por vía de los jóvenes. Un 52% de los consumidores por debajo de los 35 años utilizan apps financieras, y empezamos a ver servicios bancarios únicamente digitales: EVO Banco y N26 entre algunos. Los grandes bancos españoles reconocen que afrontan un “escenario de mayor competencia debido a las startups”, y vemos que las cuentas son más user-friendly, centradas en las necesidades del consumidor. De hecho, Forbes mantiene que, para competir, los bancos tienen que redefinir su relación con el consumidor (Forbes).
Efectivamente, el Director de Transformación Digital de BBVA España mantiene al cliente como enfoque en su plan de innovación, para que pueda realizar cualquier gestión cómodamente desde el móvil (Forbes) Y no son los únicos. Prácticamente todos los profesionales en el sistema bancario español admiten que están poniendo al día sus servicios digitales, y que hay que invertir en el consumidor, ofreciéndole una mejor experiencia (CIO).
En definitiva, los bancos deben ser más consumer-centric.
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