Qué es el naming de un producto
Escoger el mejor nombre para tu producto puede ser más fácil de lo que imaginas si lo consultas con el consumidor. De la correcta elección del nombre puede depender su éxito futuro, así que es muy importante dar con un naming que sea aceptado por tu público objetivo y que transmita los valores de tu marca. Para ello, la investigación de mercado ofrece la posibilidad de dar con el nombre que necesitas a través del test de naming de producto. ¡Sigue leyendo para saber en qué consiste!
El naming hace referencia al nombre que se le atribuye a un nuevo producto o servicio, el cual influye notoriamente en la primera impresión de los consumidores.
Por tanto, este debe tener ciertas características para conseguir impactar correctamente en la mente de los consumidores, como por ejemplo,
- Ser fácil de recordar
- Original
- Tener una escritura sencilla
- Tener diferente nombre del resto de productos o servicios de la competencia
- Ser fácil de pronunciar
- Tener la capacidad de despertar interés en el público
- No presentar connotaciones negativas
Importancia del naming de producto
Elegir un nombre adecuado para tu producto es esencial para conseguir una buena penetración en el mercado. El nombre debe transmitir los valores de la marca y despertar emociones en el consumidor. Es importante que tu público objetivo identifique los atributos más valiosos de tu producto con solo verlo o escucharlo.
Si se consigue un nombre notorio y que transmita los valores del producto, se puede conseguir incluso que el consumidor relacione el nombre de un producto con el nombre genérico del mismo, como es el caso de Kleenex y Aspirina.
Tipos de naming
En función de lo que transmita el nombre del producto de una marca, se distinguen diferentes tipos de namings:
- Nombres inventados: aquellos creados fuera del lenguaje existente. Son palabras creadas para ser relacionadas con el producto, por ejemplo: Google (que proviene de la palabra googol, que significa 10 elevado a la potencia 100).
- Nombres descriptivos: indican la función del producto o el tipo de servicio que se ofrece. Se utiliza sobre todo en aquellos casos en los que el producto o servicio no revela su función a simple vista. Es muy común crear un nombre combinando dos palabras como, por ejemplo, Facebook (cara+libro).
- Nombres metafóricos: tienen un carácter mucho más sugestivo y buscan evocar algún valor intrínseco en la propia palabra como, por ejemplo, Nike, que debe su nombre a la diosa griega de la victoria.
- Nombres propios: suelen utilizarse para nombrar el producto o servicio con el nombre de su fundador, como por ejemplo, Ferrari.
- Nombres asociativos: vinculados a una característica que la marca represente y que le de fuerza, como por ejemplo, Mango, fruta que enamoró a uno de los fundadores de la marca, además de ser un nombre fácil para todos los idiomas.
- Nombres arbitrarios: aquellos que tienen una conexión emocional con el producto, pero no lo describe. Por ejemplo, Desigual, cuyo concepto da entender que lo que ofrece es diferente al resto.
- Nombres acrónimos y alfanuméricos: que son aquellos que combinan números y letras. Un ejemplo es el de Kentucky Fried Chicken (KFC).
- Nombres geográficos: hacen referencia al lugar geográfico relacionado con la marca como, por ejemplo, Patagonia o Columbia.
- Nombres históricos: que se inspiran en personajes históricos de los que se busca evocar sus valores. Es el caso de Tesla, que hace honor a Nicola Tesla.
A la hora de escoger un tipo de nombre u otro es importante hacerlo según el objetivo que haya detrás. Pueden ser una fuente de inspiración las búsquedas en internet y las palabras clave relacionadas con tu marca. Incluso inventar palabras puede ser una buena estrategia de marketing para lanzar un nuevo producto de manera exitosa.
8 tips para escoger el nombre de un producto
Uno de los principales requisitos para escoger el nombre de un producto o servicio que no fracase es la originalidad. Todo lo que transmita plagio, repetición o aburrimiento acaba cayendo en saco roto, además de correr el riesgo de que la marca trabaje la notoriedad de marca de la competencia.
Además de la originalidad, algunos consejos que pueden ser útiles son:
- Que sea atractivo para tu público objetivo.
- Que el nombre impacte en el reconocimiento de marca.
- Ser claro y conciso: los nombres breves suelen impactar mejor.
- Ser fácil de recordar.
- Que tenga una clara y fácil pronunciación.
- Que evoque emoción: los nombres no solo sirven para mencionar un producto, también pueden transmitir emociones o sentimientos para despertar en el consumidor la necesidad de adquirir el producto o servicio. Por ejemplo, el Satisfyer lleva implícito el beneficio que consigue el consumidor haciendo uso del producto.
- Dejar los diminutivos para casos concretos como, por ejemplo, productos para bebés.
- Si es un producto que va a comercializarse en diferentes mercados, el nombre debe cumplir con los requisitos mencionados en el idioma local del mercado.
Todas las recomendaciones son válidas para crear un naming de marca de un producto con éxito.
Prueba siempre con tu público objetivo cualquier aspecto importante para tu marca, ya sea a través de un test de concepto, un análisis de precios, un Claim Test o un Test de Packaging.
Cómo crear el nombre de un producto
Por norma general, el nombre perfecto para un producto no se consigue pensándolo unos minutos, sino que es el resultado de un proceso creativo. Un proceso en el que es necesario realizar una lluvia de ideas y aportar conceptos relacionados con las características del producto o servicio que se quieren transmitir. Compartir ideas con otras personas facilita encontrar puntos en común y ver los elementos que deben resaltar frente al resto.
Para la realización de la lluvia de ideas existen herramientas cualitativas y cuantitativas que ayudan al desarrollo de ideas mediante técnicas creativas y que además permiten incluir la voz del consumidor en el proceso de creación.
Una vez dispones de diferentes propuestas de nombre para tu producto o servicio, es importante evaluarlas con tu público objetivo para saber si se consigue el efecto deseado en él, si entiende tu idea o si es necesario realizar algún cambio. Para ello, puedes testar el nombre que más potencial crees que tiene o bien probar diferentes propuestas a la vez con un test monádico, con el fin de identificar el nombre con mayor potencial. Los beneficios de testar posibles nombres de productos son determinantes para conseguir tener éxito.
A la hora de crear el cuestionario para el test de naming de producto deben incluirse preguntas que respondan al grado de atractivo del nombre, a su originalidad y a sus significados asociados. Además de aspectos relacionados con la personalidad de la marca y con el perfil de su público objetivo, así como formular cuestiones relacionadas con las alternativas que tiene el consumidor en el mercado.
¿Estás listo para probar tus nombres de marca potenciales con tu público objetivo? ¡Prueba Zinklar ahora!